Durante el aislamiento preventivo obligatorio por la pandemia COVID-19, las personas con adicciones activas pueden presentar conflictos generados por: la tensión, la ansiedad y los propios efectos de la droga, esto influirá también en sus familias por ejemplo, generando malestar, miedo y problemas conductuales.
El quedarse en casa puede hacer recordar viejos tiempos y que surja entonces, el deseo de consumir. La inactividad, el exceso de tiempo con la familia, o la soledad en otros casos, el miedo y la incertidumbre sobre lo que está pasando, pueden aparecer.
En las diferentes formas de incomunicación que puede vivir una persona, el adicto corre riegos que pueden no sólo llevarlo a consumir drogas, sino también a transitar un profundo dolor emocional. El aislamiento en un adicto puede avivar las obsesiones, las compulsiones, por eso hay que empezar por sacarlo de esa situación de la manera que esté al alcance de familiares y allegados. En estas instancias es sumamente importante por ejemplo, que estén participando activamente en terapia grupal virtual, como una herramienta de gran ayuda.
Con más razón en estas instancias el abordaje y la recuperación del paciente dependen en gran parte de la integración entre los miembros del equipo tratante y los familiares. Es vital poder adaptarse a las posibilidades que ofrece la tecnología para mantener este contacto, evaluaciones y posterior inicio de farmacoterapia por ejemplo, y el fundamental apoyo psicológico también on-line.
Por esta misma vía ( la tecnológica y remota ) y las posibilidades que brinda, es importante controlar su medicación y actuar con acompañamiento y sobre todo sin confrontaciones. Es por esto que se les aconseja a los familiares, redoblar el esfuerzo, e intentar comprender la situación de aislamiento y los momentos de irritabilidad o ansiedad, que pueden ser más intensos que en otras personas.
Dr. Ignacio Oller | Espec. Psiquiatría | Programa Adicciones
Clínica Saint Michel